Ann Johnson, que ahora tiene 48 años, sufrió en 2005 un derrame cerebral devastador que le privó del habla y le paralizó el cuerpo.
Ahora, una combinación pionera de neurociencia e inteligencia artificial convierte las señales cerebrales de Johnson en texto escrito y voz audible.
Incluso expresiones faciales como sonrisas y labios fruncidos son imitadas por un avatar en pantalla elegido por Johnson para que se parezca a su propio rostro.
Sólo dos años antes, el mismo equipo de investigación había conseguido que un hombre paralítico conocido como Pancho generara palabras básicas como "hola" y "hambre" a un ritmo de 15 a 18 palabras por minuto.
El implante más avanzado de Johnson puede producir frases a una velocidad de 78 palabras por minuto, cerca de la mitad de la velocidad del habla conversacional típica, que ronda las 160 palabras por minuto.
El algoritmo en el que se basa el implante de Johnson se centra en los fonemas -las unidades individuales de sonido que componen las palabras- y no sólo en las palabras en sí, según David Moses, director del proyecto.
Cuando Johnson fue aceptada en el ensayo de 6 años de duración de la Universidad de California en San Francisco y Berkeley, dijo: "Esto es un estudio de investigación. Su propósito no es mejorar mi vida, sino posiblemente ayudar a otros como yo en el futuro, soy un conejillo de indias".
"Algunos familiares creen que es demasiado arriesgado (implica cirugía cerebral). Me permite sentir que contribuyo a la sociedad".
Kaylo Littlejohn, estudiante de posgrado que participó en la investigación, subrayó la importancia de añadir voz al avatar.
Según él, "el habla contiene mucha información que no conserva bien el texto, como la entonación, el tono o la expresión".
Combinación de expresiones faciales y vocalizaciones en una sola tecnología
Publicado en la revista Naturalezaes la primera vez que tanto las vocalizaciones como las expresiones faciales se sintetizan directamente a partir de señales cerebrales.
"Sólo intentamos restaurar quiénes son las personas", declaró el Dr. Edward Chang, jefe del equipo de investigación de la Universidad de California en San Francisco.
Esta tecnología, que actualmente se basa en una conexión por cable entre el implante de Johnson y un ordenador, podría revolucionar la vida de quienes padecen enfermedades que limitan el habla, como la parálisis cerebral y la esclerosis lateral amiotrófica (ELA).
Esta tecnología utiliza una interfaz cerebro-ordenador (BCI) para solicitar mensajes entre el cerebro y un sistema informático. Las BCI se han utilizado con éxito para reponer el habla y el movimiento en personas con lesiones medulares o enfermedades paralizantes.
Esta tecnología ha evolucionado rápidamente, y los expertos predicen que las versiones inalámbricas podrían recibir la aprobación federal en EE.UU. dentro de una década.
El empeño de Johnson por superar una enfermedad que le ha cambiado la vida ha sido sencillamente inspirador, y su objetivo es convertirse en asesora de traumas y ayudar a los demás con su nueva capacidad.
"Siento que vuelvo a tener un trabajo", dijo. Se trata de un ejemplo conmovedor de los beneficios transformadores de la IA y la última entrada en una larga secuencia de avances fenomenales en tecnología médica.