Investigadores del Dartmouth College desarrollaron MoodCapture, una aplicación para teléfonos inteligentes que utiliza la IA para analizar los rasgos faciales con el fin de detectar precozmente la depresión.
El estigma asociado a salud mental es una de las principales razones por las que la gente pone buena cara, incluso cuando se siente mal. También por eso nos esforzamos más por sonreír cuando interactuamos con otras personas o nos hacemos un selfie que vamos a publicar en las redes sociales.
Cuando miramos hacia abajo para utilizar el teléfono, la mayoría de las veces no somos conscientes de que hay una cámara mirándonos. MoodCapture utiliza la cámara frontal de un teléfono inteligente para captar periódicamente expresiones faciales auténticas y desprevenidas cuando un usuario desbloquea su teléfono. A continuación, utiliza un algoritmo de inteligencia artificial para detectar continuamente los primeros signos de depresión.
Los investigadores entrenaron su algoritmo utilizando 125.000 fotos de 177 participantes diagnosticados de trastorno depresivo mayor.
Las fotos se tomaron durante 90 días, mientras los participantes utilizaban una aplicación en sus teléfonos para responder tres veces al día a un breve Cuestionario de Salud del Paciente (PHQ-8).
Cuando el participante respondía a la pregunta "Me he sentido decaído, deprimido o desesperanzado", la aplicación captaba una imagen de su rostro. Los pacientes dieron su consentimiento para que se les tomara la foto, pero no sabían exactamente cuándo ocurría.
Además de los rasgos faciales, el modelo de IA también se entrenó en función del ángulo del teléfono, el color dominante, las condiciones de iluminación, la ubicación de la foto y los elementos de fondo presentes en las fotos.
Utilizando el aprendizaje automático y el aprendizaje profundo, los investigadores crearon un modelo que aprendió qué expresiones faciales matizadas y elementos contextuales de fondo se correlacionaban con la depresión.
El prototipo de la aplicación MoodCapture puede detectar con fiabilidad la aparición de la depresión incluso antes de que el usuario sepa que está en riesgo.
Millones de personas sufren depresión en todo el mundo, y los casos graves son responsables de 800.000 suicidios al año. La detección precoz de la depresión podría hacer que más personas accedieran a una atención adecuada y oportuna.
La funcionalidad de la aplicación es impresionante, pero los investigadores señalan en su papel que las aplicaciones de control de la salud mental como MoodCapture plantean una serie de problemas éticos.
Si mi teléfono detectara que estoy deprimido, estaría bien que un asistente de inteligencia artificial me diera ánimos o me recomendara una opción sanitaria. Pero me gustaría que esa información fuera privada.
La posibilidad de ser objeto de publicidad relacionada con el estado de ánimo o de que las autoridades hagan un seguimiento de la salud mental a lo Gran Hermano no es tan descabellada si los datos de usuario de la aplicación quedan al descubierto. A medida que la IA en los dispositivos sea más factible, estos problemas de privacidad serán más fáciles de gestionar.
Las cámaras mejoradas y la IA integrada podrían permitir pronto que nuestros teléfonos sepan si tenemos un buen día o no, aunque nuestros amigos no siempre puedan saberlo.