Investigadores de la Universidad de Western Sydney (Australia) se preparan para lanzar DeepSouth, un nuevo superordenador diseñado para emular el cerebro humano.
DeepSouth pretende superar las limitaciones a las que se enfrentan los ordenadores tradicionales, en particular sus colosales necesidades energéticas. Es que entrará en funcionamiento en abril de 2024.
Así funciona DeepSouth en pocas palabras:
- Rendimiento: DeepSouth puede realizar 228 billones de operaciones sinápticas por segundo, un ritmo que iguala la capacidad operativa estimada del cerebro humano.
- Arquitectura neuromórfica: A diferencia de los superordenadores tradicionales, DeepSouth emplea un sistema neuromórfico que imita fielmente los procesos biológicos. Utiliza un hardware diseñado específicamente para emular grandes redes de neuronas en movimiento. Hay pocos detalles sobre el hardware que utiliza, aunque hay una algunos proyectos de chips neuromórficos en todo el mundo. El equipo dijo que DeepSouth utiliza "hardware configurable off-the-shelf".
El profesor André van Schaik, que dirige el proyecto como director del Centro Internacional de Sistemas Neuromórficos de la universidad, explica: "No se trata del mayor superordenador de cálculo numérico. Pero lo especial de éste es que está realmente orientado a simular cómo computan nuestro sistema neuronal y nuestro cerebro".
La IA es enormemente inteligente y potente, pero requiere una potencia informática colosal. Los principales desarrolladores de IA, como OpenAI, Microsoft, Google, Inflection, Anthropic, etc., se han abastecido de decenas de miles de equipos específicos de IA de gama alta. Este enfoque es inmovilista y extremadamente hambriento de energía.
Van Schaik también destaca las limitaciones actuales de los modelos de IA como ChatGPT, que requieren una inmensa energía para su entrenamiento y siguen cometiendo errores. Un estudio reciente estimó que las operaciones de entrenamiento de IA emplean similar energía a toda Holanda.
"Actualmente disponemos de una inteligencia artificial muy buena, con grandes modelos lingüísticos que captan la imaginación y los miedos de la gente. Pero no computan como un cerebro", afirma. Prevé que la comprensión de los eficientes métodos de cálculo del cerebro conducirá a sistemas de IA más inteligentes.
Cuando imaginamos una IA superinteligente, solemos imaginar robots de aspecto biológico que se mueven e interactúan con el entorno de forma inalámbrica. Replican la maquinaria de la naturaleza pero con componentes electrónicos, caminando entre nosotros.
Hasta ahora, el desarrollo de la IA simplemente no se presta a estas formas de tecnologías bioinspiradas, pero con tecnologías como DeepSouth y chips neuromórficosEsto está cambiando.
La computación neuromórfica trata de replicar las funciones integradas de procesamiento y memoria de neuronas y sinapsis para hacer frente a la ineficiencia. Experimentos recientes han ido más allá ejecutando tareas de aprendizaje automático en organoides biológicos similares al cerebro.
Las aplicaciones potenciales de la tecnología neuromórfica son enormes. Podría dar lugar a dispositivos móviles más potentes que funcionen independientemente de las redes en la nube, mejorar las capacidades en operaciones de búsqueda y rescate a distancia y la exploración del espacio profundo.
Podríamos utilizar estos robots avanzados para construir colonias en otros planetaspor ejemplo.
El lanzamiento de DeepSouth promete un avance significativo en la comprensión del funcionamiento del cerebro y el avance de la tecnología de IA.
En el pasado se han puesto en marcha proyectos similares que han tropezado con dificultades, como la Proyecto Cerebro Humano (HBP)pero DeepSouth sin duda evocará algunas ideas únicas.