Una buena planificación urbana debe satisfacer una compleja combinación de estética, sentido práctico y necesidades humanas.
Según un estudio reciente, las herramientas de planificación urbana basadas en IA son mejores y mucho más rápidas que los urbanistas humanos en algunos de los aspectos más mundanos de la planificación urbana.
En 2020, Carlos Moreno introdujo la idea de la ciudad de los 15 minutosdonde los residentes nunca están a más de 15 minutos a pie o en bicicleta de todos los servicios que necesitan. La sencillez de la idea desmiente la compleja planificación necesaria para lograr estas eficiencias.
El científico de la automatización Yu Zheng y sus colegas de la Universidad Tsinghua de Pekín querían comprobar si el aprendizaje automático podía ser una herramienta eficaz de planificación urbana.
Desarrollaron un sistema de IA capaz de optimizar el uso del suelo y el trazado de las carreteras para ajustarse a los principios de la ciudad de 15 minutos, satisfaciendo al mismo tiempo las políticas y necesidades locales de planificación.
Empezaron por lo pequeño, haciendo que la IA diseñara un área de unas 3×3 manzanas, es decir, unos pocos kilómetros cuadrados.
En resultados de sus experimentos demostró que, en lo que respecta al acceso a servicios, zonas verdes y niveles de tráfico, la IA fue capaz de superar a los diseños humanos en unos 50%.
Y la IA era mucho más rápida en estas tediosas optimizaciones iterativas. Era capaz de completar en segundos tareas que normalmente llevaban entre 50 y 100 minutos a los diseñadores humanos.
A propósito del estudio, Paolo Santi, del MIT, afirmó que la planificación urbana "no es una mera asignación de espacio a edificios, parques y funciones, sino el diseño de un lugar donde las comunidades urbanas vivirán, trabajarán, interactuarán y, con suerte, prosperarán durante mucho tiempo".
Zheng y su equipo están de acuerdo con estas opiniones y consideran la IA un asistente para los urbanistas, más que un sustituto.
Cuando compararon los diseños realizados únicamente por humanos con los realizados por humanos y la IA, descubrieron que el uso colaborativo de la IA aumentaba el acceso a los servicios básicos y a los parques en 12% y 5% respectivamente.
Los investigadores encuestaron a 100 diseñadores urbanos y les pidieron que evaluaran una serie de diseños sin saber cuáles habían sido diseñados por IA o por humanos. En algunos casos, no hubo preferencias claras, pero algunos de los diseños espaciales de IA recibieron bastantes más votos.
El modelo de IA necesitó 2 días de entrenamiento para gestionar el diseño de 3×3 bloques. Aumentar el espacio a un diseño de 4×4 bloques requiere el doble de decisiones de planificación. Todavía falta mucho para que una herramienta de IA como esta pueda planificar eficazmente toda una ciudad, pero el potencial es evidente.
Si los urbanistas utilizan la IA para realizar las tediosas optimizaciones computacionales, tendrán más tiempo para prestar atención a la estética y las necesidades sociales, más difíciles de cuantificar cuando se entrena un modelo de IA.