Un grupo de activistas de diversas organizaciones climáticas, tecnológicas y de lucha contra el discurso del odio enviaron una carta al senador Chuck Schumer exigiendo que se aborde el impacto de la IA en el cambio climático.
Schumer ya tiene mucho trabajo como anfitrión del Foro AI Insight que celebró su primera sesión esta semana. En ese foro se debatió sobre la regulación de la IA, centrándose principalmente en abordar cuestiones éticas, legislativas y de derechos civiles.
La carta, un poco siniestra titulada "Carta final al senador Schumer sobre el clima y AI"fue respaldada por nombres tan notables como Amazon Employees for Climate Justice, Greenpeace USA y The Tech Oversight Project.
Cada una de las organizaciones que respaldan la carta tiene sus propios y estrechos intereses, pero la idea central de la carta se centra en el peligro que la IA supone para el medio ambiente.
El primer aspecto clave que menciona la carta es la "enorme demanda energética y la huella de carbono asociada" a la creación y gestión de los LLM.
El segundo motivo de preocupación era "la facilidad y rapidez con que personas y organizaciones pueden utilizar los LLM para producir y distribuir desinformación climática".
Hoy, los presidentes de las empresas tecnológicas acuden al Capitolio para difundir su propaganda sobre la inteligencia artificial. Como no nos han invitado a entrar, estamos derribando... @SenSchumercon este mensaje: Todas las políticas de IA abordan el cambio climático, de frente. pic.twitter.com/peMXzfNk5C
- Acción por el Clima contra la Desinformación (@caadcoalition) 12 de septiembre de 2023
Los ejemplos que la carta enumeraba como prueba de estos peligros estaban bien referenciados y presentaban argumentos válidos. A primera vista, la IA no es buena para el medio ambiente.
La carta citaba informes según los cuales "Google consumió el doble de energía que toda la ciudad de San Francisco" en 2020 y que el "uso de agua in situ de la empresa aumentó aproximadamente un 20% en 2022." No lo mencionaban, pero Consumo de agua de Microsoft tampoco es una buena lectura.
Refiriéndose a la desinformación sobre el clima, la carta afirmaba: "Los investigadores han sido capaces de eludir fácilmente las salvaguardias de ChatGPT para producir un artículo desde la perspectiva de un negacionista del cambio climático que sostenía que las temperaturas globales en realidad están disminuyendo."
Para hacer frente a estos peligros y otros relacionados, los autores de la carta instan a Schumer a añadir una serie de disposiciones relacionadas con el clima a la legislación sobre IA en la que está trabajando.
Exigencias de la IA sobre el cambio climático: ¿son factibles?
Exigencias como exigir a las empresas que informen por sí mismas sobre el uso de energía y las emisiones relacionadas con el desarrollo de la IA suenan razonables. Algunas empresas como Google ya lo están haciendo.
Las demandas relativas a la "desinformación climática" pueden ser más delicadas, ya que hay mucho debate sobre lo que constituye "desinformación". Los argumentos se sitúan más o menos a izquierda y derecha del espectro político estadounidense, por lo que es poco probable que se consiga apoyo bipartidista.
Es innegable que la IA está teniendo un impacto inmediato sobre los recursos naturales y las emisiones de carbono. Pero la IA también tiene efectos positivos en el medio ambiente.
La IA se utiliza para reducir las estelas de condensación de los aviones, monitor en peligro de extinción delfines y frailecilloso predecir inundaciones.
El enorme salto en potencia de procesamiento y eficiencia de la GPU significa que los modelos actuales consumen menos recursos para entrenarse y utilizarse que los de hace un año.
¿Deberíamos frenar ahora la IA para reducir su impacto en el medio ambiente? ¿O su avance tendrá inevitablemente un efecto positivo sobre el clima?