China no ha cumplido las expectativas internacionales de crecimiento de la IA, pero las señales de 2023 sugieren que eso podría cambiar.
China llegó tarde a la fiesta de la IA, con los bloqueos de COVID pasando factura a Baidu, Alibaba y Tencent, conocidos colectivamente como BAT.
El gobierno chino también se ha esforzado por lidiar con la amenaza existencial que la IA supone para su "unidad nacional", exigiendo a las empresas que registren las IA generativas en la agencia ciberespacial del país antes de su lanzamiento. Las IA chinas no gozarán de la misma libertad creativa que las occidentales.
La penosa falta de semiconductores y tecnología de gama alta tampoco ha ayudado, ya que China depende de forma poco habitual de las importaciones occidentales en lo que respecta a la fabricación y producción de IA.
Sin embargo, los analistas especulan que los primeros intentos de China por regular la IA pueden allanar el camino para un crecimiento más rápido -y los sistemas de IA pueden tardar años en construirse y perfeccionarse-, así que hay tiempo de sobra para que se pongan al día.
La política de los semiconductores
Construir una IA potente requiere una tecnología y unos recursos considerables.
Mientras que las IA de vanguardia como ChatGPT parecen vivir inocuamente dentro de un navegador web, los superordenadores que entrenan sofisticados modelos de aprendizaje automático (ML) dependen de cientos de miles de CPU y GPU.
Cada componente requiere chips y semiconductores, cuya fabricación en grandes cantidades es muy difícil.
En octubre de 2022, Washington gravemente paralizado Cadena de suministro de semiconductores y chips en China.
China depende en gran medida de los chips de fabricantes como Nvidia, lo que les hace vulnerables a las sanciones.
Pero, ¿por qué China no produce sus propios chips? Lo hacen, pero no los suficientes, y no son tan sofisticados como los fabricados por Nvidia, la veterana de Silicon Valley.
Los chips no se fabrican de la noche a la mañana: se tarda años en desarrollarlos y meses en fabricarlos.
También son extremadamente frágiles: una sola mota de polvo puede destruir un chip. Los fabricantes de chips llevan décadas perfeccionando sus líneas de producción.
El Silicon Valley chino
China es consciente de este cuello de botella desde 2014, cuando el Gobierno creó un incentivo respaldado por el Estado para los fabricantes de chips llamado "Gran Fondo."
El Gran Fondo fue objeto de un investigación sobre corrupción en 2022 y nombró un nuevo jefe en marzo de este año. Uno de los principales fabricantes de chips de China recibió $7.000 millones de inversores estatales.
El Gran Fondo (ahora apodado Gran Fondo II) forma parte del "Plan Made in China 2025", que pretende transformar el país en un fabricante de alta tecnología.
La ventaja de los datos en China
China tiene otra ventaja en la carrera de la IA: el acceso casi ilimitado a los datos de entrenamiento.
Las IA generativas requieren grandes cantidades de datos, que no son fáciles de obtener en Occidente.
Por ejemplo, las leyes de privacidad restringen el acceso a datos faciales y CCTV, pero China no tiene ese problema.
Edith Yeung, socia de la empresa de inversión Race Capital, a la BBCChina tiene muchas menos normas sobre privacidad y muchos más datos [en comparación con Estados Unidos]. Hay reconocimiento facial por CCTV en todas partes, por ejemplo".
Mientras las empresas tecnológicas chinas puedan sortear las estrictas normativas, la industria china de la IA tiene todas las posibilidades de alcanzar o superar a Estados Unidos.
Si el gobierno consigue desligar su futuro tecnológico de las sanciones occidentales, China puede resultar imparable en la carrera a largo plazo hacia la supremacía de la IA.