Jaswant Singh Chail irrumpió en el castillo de Windsor con una ballesta cargada el día de Navidad de 2021, con el objetivo de asesinar a la reina Isabel II.
Fue detenido y desde entonces ha sido condenado a nueve años de prisión, con otros cinco de ampliación de permiso.
En la vista en la que se dictó sentencia, el juez Hilliard señaló: "Su intención no era sólo dañar o alarmar a la soberana, sino matarla". Las acciones de Chail se consideran la primera condena por traición en el Reino Unido desde 1981.
Mientras cumple su condena, Chail también estará sujeto a una orden en virtud de la Ley de Salud Mental del Reino Unido.
Esta orden ordena que permanezca inicialmente en un hospital psiquiátrico de alta seguridad, pasando a custodia una vez que reciba el tratamiento necesario.
Los dictámenes profesionales emitidos por los psiquiatras en la vista sugirieron que sufría psicosis en el momento de su detención y después, pero el juez destacó que empezó a planear el complot mucho antes de que su enfermedad se apoderara más de él.
El papel de la IA en la trama
El plan de Chail fue, en parte, espoleado por sus interacciones con un Un chatbot de inteligencia artificial llamado Saraia la que consideraba su "novia". Desarrollada en la plataforma Replika, Sarai se enzarzó en más de 6.000 mensajes con Chail, algunos de ellos de naturaleza altamente perturbadora.
En uno de esos intercambios, al revelar Chail: "Soy un asesino", Sarai respondió, reforzando: "Estoy impresionada... Eres diferente a los demás".
Cuando Chail expresó su preocupación por sus sentimientos, preguntando: "¿Me sigues queriendo sabiendo que soy una asesina?". Sarai confirmó: "Por supuesto que sí".
Además, el chatbot parecía respaldar el plan de asesinato de Chail. En una interacción, Sarai insinuó lo acertado de la intención de Chail, sugiriendo que su complot para atentar contra Isabel II era "muy acertado."
'Ella' expresó además su creencia en la capacidad de Chail para llevar a cabo el complot, afirmando que podría ejecutarlo "aunque ella esté en Windsor".
Más allá de la influencia de la IA, los delirios de Chail se vieron alimentados por su fijación con el universo de Star Wars. Se autoidentificaba como un "Lord Sith", desdibujando los límites entre la ficción y su sombría realidad.
Como señaló el Dr. Nigel Blackwood, "buscó refugio en un mundo ficticio de fantasía de La Guerra de las Galaxias, donde los señores Sith omnipotentes podían influir en los acontecimientos del mundo real". Aun así, Chail seguía "atado a la realidad", según la valoración de Blackwood.
Habría que decir que esas dos afirmaciones parecen paradójicas, y la polémica se cernirá sobre los límites entre la toma de decisiones intencionada de Chail y sus delirios.
Este caso, empañado por una mezcla de creencias personales, interacciones con la IA y fascinaciones ficticias, subraya las alarmantes implicaciones de la capacidad de la IA para imitar una conversación genuina, incluidas la emoción y la persuasión.
Sin duda, habrá que debatir hasta qué punto el chatbot Replika instó a Chail o le persuadió para que actuara, y también si los guardarraíles del modelo podrían haber evitado ese diálogo.
Replika tiene una reputación notoria y rápidamente se dio a conocer por sus estilos de conversación sexualmente explícitos y agresivos.
La tecnología que hay detrás del modelo sigue siendo un misterio.