El Presidente Joe Biden dio otro paso hacia la limitación de determinadas inversiones estadounidenses en sectores de alta tecnología en China, alegando motivos de seguridad nacional.
Este nueva orden ejecutiva se centra en tres sectores principales: semiconductores y microelectrónica, tecnologías de la información cuántica y sistemas de IA.
En los últimos años, el gobierno estadounidense ha aplicado múltiples normativas para restringir el comercio con China, de acuerdo con una política de 25 años para garantizar que el país permanezca "dos generaciones por detrás" de Estados Unidos.
En octubre, la administración Biden limitó la exportación de chips GPU de IA de gama alta en un intento de mantener a Estados Unidos en la vanguardia de la IA generativa.
Sin embargo, estas órdenes ejecutivas no siempre consiguen el efecto deseado. Por ejemplo, en agosto de 2022, un informe de El Registro descubrió que unas 94% de exportaciones a China recibieron luz verde a pesar de las restricciones.
La última orden de Biden intensificó los debates en torno al futuro de la inversión estadounidense "en tecnologías y productos sensibles críticos para las capacidades militares, de inteligencia, vigilancia o cibernéticas".
Esta última normativa afecta principalmente a las inversiones de capital privado, capital riesgo y empresas conjuntas. El gobierno espera que se le notifiquen la mayoría de las inversiones que entren en el ámbito de aplicación de la orden, y se prohibirán determinadas transacciones.
Las empresas chinas que desarrollan software de diseño de chips y herramientas de fabricación, un ámbito dominado en gran medida por Estados Unidos, Japón y los Países Bajos, ocupan un lugar central en la orden.
China está impulsando la construcción de un fabricación nacional de chips pero sigue dependiendo casi totalmente de las importaciones.
Consecuencias políticas y económicas
Aunque esto podría aumentar las tensiones entre las dos superpotencias mundiales, los funcionarios estadounidenses subrayaron que el principal objetivo es hacer frente a los riesgos "más agudos" para la seguridad nacional y no cortar todas las formas de actividad exportadora generadora de ingresos.
Al fin y al cabo, China es un gran comprador de tecnología estadounidense, por lo que los sacrificios se extienden en ambas direcciones.
El líder demócrata del Senado, Chuck Schumer, elogió la decisión del Presidentereforzando la importancia de que "la inversión estadounidense no se destine a financiar el avance militar chino".
Un representante de la embajada china en Washington expresó su decepción, sugiriendo que las restricciones podrían afectar negativamente tanto a las empresas chinas como a las estadounidenses. Liu Pengyu declaró: "China seguirá de cerca la situación y salvaguardará firmemente nuestros derechos e intereses."
El Ministerio de Comercio chino fue más crítico y acusó a Estados Unidos de poner en peligro la industria mundial y las cadenas de suministro. Un portavoz del ministerio subrayó que tales medidas contradicen los principios del libre mercado y la competencia leal que EE.UU. ha respaldado históricamente.
Emily Benson, del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales (CSIS), prevé que se prohíban ciertas inversiones en IA, especialmente las dirigidas a aplicaciones militares, y que otras inversiones en el sector requieran notificación gubernamental.
Benson destacó el reto que supone para la administración diferenciar entre aplicaciones militares y no militares de la IA y definir con precisión la IA.
Las grandes tecnológicas chinas se aseguran $5.000 millones en chips Nvidia
Las principales empresas chinas siguen abasteciéndose de chips de alto rendimiento de Nvidia.
Baidu, ByteDance, Tencent y Alibaba han encargado chips por valor de $1.000 millones que se entregarán este año, y otros $4.000 millones en 2024, según la Financial Times. Esto incluye unos 100.000 chips A800 que se entregarán este año.
La A800 es una GPU modificada diseñada específicamente para el mercado chino, básicamente una forma debilitada de los buques insignia de Nvidia. Pequeñas cantidades de chips H100 y A100 de gama alta están llegando a China y apareciendo en un próspero mercado negro donde se venden casi al doble del precio al por menor.
En junio, el responsable financiero de Nvidia comentó que cualquier posible restricción de las exportaciones de chips de IA a China podría suponer "una pérdida permanente de oportunidades para la industria estadounidense."
Este pedido masivo de GPU puede proporcionar a la industria tecnológica china suficiente potencia de cálculo para aguantar hasta que su industria nacional de chips entre en acción.
La carrera por la supremacía de la IA no ha hecho más que empezar.